Ese silencio que se convierte en deseo entre tu palabra y mis labios
Ese tiempo que se detiene en cada caricia
Ese beso pausado sobre cada letra de tu nombre
Ese latido no escuchado que se ahoga en mi pecho
Esa invasión repentina de recuerdos
Ese rostro y esa voz que son tuyos
Esos aromas a mar profundo y a dulce brisa
Ese río que te trajo de nuevo a mi orilla
Esa hora en la que ambos coincidimos, esa hora
Esos escasos momentos que, en mi delirio, los convierto en infinitos
Ese azul océano que ilumina nuestras almas, el mismo océano
Ese perdón sin ruido que sigilosamente se escurre en el camino
Esa verdad que solo tú y yo sabemos
Ese espacio que llenas en el profundo surco de mi débil existencia
Esa palabra que pocas veces ha significado tanto como cuando tú la pronuncias
Esa tentación de saberte, de ahuyentar tu ausencia
Esa palabra tuya que mis oídos esperan ansiosos
Esa palabra mía que en ti se vuelve dulce, suave, traviesa, a ratos incrédula…
Esa segunda oportunidad que ambos ansiamos
Ese aniversario que no tiene fecha
Estos ojos que se abren para buscarte
Esa sensación sin punto final porque es infinita
No sabes cuántas veces me has besado sin que estés a mi lado
Autor anónimo