Hace pocos días leí en un periódico español una opinión de alguien que decía que los jóvenes de ahora son la generación del “me aburro” y que los padres de esa camada están criando a hijos que se atienen al mantra del “me da pereza”. Y remata con la afirmación de que es sano y necesario permitirles gozar del aburrimiento.
Al parecer ese comentario está muy lejos de la realidad. Pues resulta que el aburrimiento es un tema serio al que hay que prestarle atención. Es una reacción negativa y reactiva que puede llevar a conductas extremas, resultando en consecuencias fatídicas, en dependencia del entorno y de las condiciones psicológicas de quien la sufre.
En 2010, un estudio llevado a cabo con 7000 personas a lo largo de más de dos décadas demostró que las personas que se habían encontrado frecuentemente aburridas tienen una esperanza de vida más corta porque doblaban la posibilidad de morir de enfermedades cardíacas o cerebrovasculares. Allí también se pudo observar un claro vínculo entre el aburrimiento y la muerte prematura debido a que quienes se caracterizan por una alta propensión a aburrirse tienden a estilos de vida poco saludables y sedentarios.
Hace diez años, un joven colombiano de dieciocho años Edison Trujillo se quitó la vida después de dejarle claro a sus familiares y amigos que no quería seguir viviendo porque estaba aburrido. Y así como él, existen otros casos similares de personas que prefieren no vivir a continuar sus vidas aburridas.
De manera que, según los estudios realizados, el aburrimiento no solo acorta la vida de las personas, y especialmente de los mayores con limitaciones de movilidad o trastornos cognitivos, sino que puede impulsar a muchos a la conclusión de que no merece la pena el esfuerzo de alargarla. Las quejas del aburrimiento, sobre todo de personas dependientes, no debe tomarse a la ligera. A veces la opción de aliviar su aburrimiento cae enteramente en nuestras manos, en las de quienes convivimos con ellas y nos responsabilizamos de su cuido.
Así que la próxima vez que alguien te diga “me estoy muriendo de aburrimiento”, pon todos tus sentidos en prestarle atención, puede que esa persona esté pidiendo socorro.
PD: Lo que algunas celebridades han dicho del aburrimiento:
“El aburrimiento es la peor de las enfermedades”, Freddie Mercury.
“El aburrimiento es la enfermedad de las personas felices”, Abel Dufresne.
“El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo”, Voltaire.
“El aburrimiento es la explicación principal de por qué la historia está tan llena de atrocidad”, Fernando Savater.
“El trabajo nos libra de tres insufribles calamidades: el aburrimiento, el vicio y la necesidad”, Voltaire.
“El aburrimiento constituye nuestra superioridad sobre los animales”, Claude-Adrien Helvetius.
“Aburrirse en el momento indicado es signo de inteligencia”, Clifton Fadiman.